Ahorra agua y cuida tu piel
Sabemos que una larga y cálida ducha puede ser una de las sensaciones más reconfortantes que existen, tanto para cuerpo como para la mente. De todas formas, también sabemos que esto no es para nada lo mejor para nuestra piel, y puede traernos más complicaciones que beneficios si lo hacemos muchas veces seguidas.
Además de no ser amigables con el medio ambiente, las duchas calientes muy duraderas son responsables de arrastrar el aceite natural que cubre nuestra piel, dejándola expuesta a bacterias y microorganismos que quieran alojarse en ella. Una vez cada tanto no te hará nada, pero en general es mejor que elijas siempre duchas más rápidas.